Barotraumatismo
Según la ley de Boyle, el volumen de un gas varía de forma inversamente proporcional a las variaciones de presión. Es decir, si disminuye la presión aumenta el volumen, y viceversa.
Al aumentar la altitud disminuye la presión barométrica y los gases del organismo se expanden y, según el lugar donde se encuentren, pueden llegar a causar serias alteraciones.
Las zonas más frecuentes donde se pueden localizar los barotraumatismos son: los senos paranasales, los oídos, las cavidades dentarias y el sistema gastrointestinal.
Senos paranasales:
Son las cavidades existentes en los huesos que conforman la cara y el cráneo, comunicados con las fosas nasales mediante conductos recubiertos de mucosa. El aire contenido en estas cavidades también varía su volumen con la altitud y en condiciones normales se libera por la nariz, manteniendo un equilibrio constante entre la presión en el interior de los senos y la existente en la cabina. Pero si por alguna causa se interrumpe la libre circulación de este aire (congestiones debidas a catarro, gripe, alergias o sinusitis causada por la ingestión de agua en las cavidades paranasales) la presión en el interior de los senos aumentará produciendo dolor de cabeza localizado generalmente entre los ojos.
El barotrauma de senos o aerosinusitis aparece con mayor frecuencia a altitudes comprendidas entre 1.000 y 6.000 m y la única forma de combatirlo es mediante el cambio de presión o realizando la maniobra de "Vasalva", que consiste en taponar con los dedos las fosas nasales al tiempo que se sopla por ellas manteniendo la boca cerrada.
Oído:
El oído medio es un reducto lleno de aire conectado al canal auditivo externo a través del tímpano y a la cavidad nasofaríngea por la trompa de Eustaquio, cuya función es facilitar la ecualización de la presión de aire en ambos lados del tímpano.
Durante el ascenso, la presión ambiente va decreciendo y a menos que el oído medio consiga evacuar parte del aire atrapado en su interior, se crea una zona de alta presión que produce una deformación del tímpano hacia el exterior. Por el contrario, durante el descenso se crea una zona de baja presión y el tímpano se deforma combándose hacia el interior. Este es el motivo por el que la velocidad de los ascensores se limita a 8 m/s (28,8 km/h).
En ambos casos la presión debe equilibrarse mediante la trompa de Eustaquio. Si por algún motivo ésta no se encuentra despejada -debido principalmente a la obstrucción o inflamación de la mucosa causada por afecciones catarrales, sinusitis o infecciones de las vías respiratorias altas- se crea una diferencia de presión que tapona los oídos y causa cierto malestar. Al principio se puede subsanar mediante la deglución de saliva o por la maniobra de "Vasalva". Si persisten las molestias, éstas se deben a que los oídos permanecen bloqueados y generan una situación potencialmente grave ya que la sobrepresión existente en una de las caras del tímpano podría llegar a causar la rotura del mismo. Esta situación va acompañada de un intenso dolor.
Cavidades dentarias:
Este tipo de barotrauma, también llamado aerodontalgia, suele estar causado por las caries mal empastadas que contienen una bolsa de aire que, al aumentar su volumen por cambios de altitud, presionan a la pulpa dentaria causando gran dolor. Se evita con una profilaxis dental adecuada.